Algo tiene la hermandad de San Pedro que durante todo el año une, no solamente a todos los socios sino, a muchas familias. Cuando los pinoseros ven salir un año más a su imagen titular, cuando cada año sacamos a la calle nuestro portento de religiosidad popular, un sentimiento nuevo se despierta en nuestro interior.
No es fácil, tras todo un año de preparativos, ver llegar el Lunes Santo, y no sentir ese cosquilleo en el estómago. En la noche, cuando las luces del trono brillan con todo su esplendor e iluminan, todo, a nuestro patrón, pensamos en nuestro interior:
- Soy de San Pedro...
De San Pedro soy, a esta Hermandad pertenezco, y me llena de orgullo pregonarlo a los cuatro vientos. San Pedro es nuestro guía, el resultado más inmediato de la leyenda de años transcurridos. Es cierto que tiempo atrás no corrieron momentos de bonanza para esta Hermandad, pero lo que prima es mirar al presente, y el presente es hoy y ahora. Un tiempo que se nos muestra de pronto en pie, unidos todos, cual familia, en una misma Hermandad.
Los socios no solamente nos reunimos durante los días de nuestra Semana Grande, durante el año organizamos actividades, como galas benéficas, comidas de convivencia o ensayos de la banda, que unen tanto a los jóvenes cofrades como a sus familias.
En esta Semana Santa nueva que nos llega, la memoria escogeel camino más corto para volver a hacernos sentir feliz. Salimos a procesionar, a acompañar a esa imagen, que tantas veces emocionaba a los amigos que se han marchado ya. Y con la fumata blanca del incensario que oscila en las manos del muchacho que fue declarado hermano el día en que decidió bautizarse bajo el símbolo de esta Hermandad, avanzamos nuevamente, sorteando calles y baches, cuestas y cansancio. Todo se hace patente cada vez que San Pedro vuelve a poner sus pies descalzos sobre la calle. Todo se magnifica.
Apresuraos, pinoseros, vivid cada instante que ya empieza la nostalgia. Esa historia que siempre es igual, pero nunca la misma.
¡Que grande es volver a sentir la Semana Santa ante nosotros! ¡Que grande es, San Pedro, volver a verte nuevamente!
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